No todo el mundo piensa, como dijo recientemente a ABC Buzz Aldrin -el segundo hombre en pisar la Luna-, que hay vida inteligente «allá fuera» pero que la Humanidad «nunca» contactará con ella. Hay quien cree que los alien ya están aquí y que tienen voz y casi voto en la próxima campaña presidencial americana. Que le pregunten si no al congresista demócrata Dennis Kucinich, «acusado» en pleno debate televisivo electoral de haber avistado un ovni.
Un entrevistador de la cadena NBC preguntó a Kucinich: «La actriz Shirley MacLaine, que es madrina de la hija de usted, escribe en su nuevo libro que usted vio a un ovni sobrevolando su casa en Washington, que para usted fue un encuentro conmovedor, que era una nave triangular que se cernía silenciosamente sobre su cabeza, que usted sintió una llamada en su corazón y que oyó instrucciones en su mente. ¿Esto es así?». El pobre Kucinich rechazó rotundamente toda la parte del corazón y de la mente, limitándose a admitir que vio un «objeto volador no identificado». Y recordando que otro tanto le sucedió una vez al expresidente Jimmy Carter.
Bastó para que John Gibson, un columnista de la Fox de conocida antipatía hacia el Partido Demócrata, escribiera que esto demuestra que Kucinich «está chiflado». Gibson añadió esta exquisita flor: «Y el resto de los lectores que hayan visto ovnis, absténganse de mandar e-mails coléricos. Para mí no hay diferencia, también creo que todos ustedes están locos».
Eso es coraje, teniendo en cuenta que la cadena NBC realizó una encuesta después del sonado debate, y resulta que un tercio de los norteamericanos creen en la veracidad de las visitas extraterrestres, y un 14% aseguran haber visto personalmente un ovni. Será más elegante no decirlo o no creérselo, pero la cuestión está ahí, firmemente arraigada. No olvidemos que el héroe americano por excelencia, Superman, era natural de otra galaxia.
Quizás la arena electoral no sea la más adecuada para dirimir estas cuestiones. En el debate donde se ventilaron las miserias ufológicas de Kucinich estaba obviamente Hillary Clinton, que con su elegancia habitual se abstuvo de hacer sangre, aunque no de lanzar cartesianas miradas conmiserativas. ¿Qué habría hecho su marido de estar ahí? Porque durante su presidencia no faltó precisamente entusiasmo por los ovnis en la Casa Blanca. Varios de sus asesores eran adictos a la ciencia-ficción.
Documentos desclasificados
Así lo prueban un montón de documentos recientemente desclasificados por la Biblioteca Clinton de Little Rock (Arkansas). Y eso que algunos seguirán sin desclasificar para «proteger la vida privada» de algunos. Lidiar a un tiempo con un caso Lewinsky y con un encuentro en la tercera fase puede ser demasiado para el cuerpo político de algunos.
Pero no sólo los demócratas miran al cielo. Si está más o menos acreditado que el presidente Carter vio -o creyó ver- un objeto volador no identificado irradiando brillantes luces azules, blancas y rojas (igual que la bandera americana) en su Georgia natal, el republicano Ronald Reagan aseguró haber visto dos. Tanto le impactó la experiencia, que no dudó en bautizar como «la guerra de las galaxias» su más granado proyecto de política exterior. Y no era sólo una forma de hablar, como quedó patente en su discurso oficial ante la 42 Asamblea General de las Naciones Unidas, el 21 de septiembre de 1987: «En nuestra obsesión por los antagonismos del momento, a veces olvidamos lo que une a toda la Humanidad. A lo mejor hace falta que una amenaza exterior universal nos recuerde nuestros vínculos comunes».
Empezamos con Buzz Aldrin, acabemos con él. En 2005, el canal de televisión Science citó declaraciones suyas para asegurar que un ovni acompañó al Apolo XI en su aproximación a la Luna, «pero la NASA prohibió hablar de ello por miedo a las críticas y al ridículo».
Etiquetas: Buzz Aldrin ufo ovni alien extraterrestre
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